RAMÓN CASAS – «Mujer mirando por la ventana»

La semana pasada tuvimos la oportunidad de visitar la casa-museo de la Fundación Amyc, en Madrid. Entre las obras de arte que había allí, pude distinguir algunas de las que habíamos visto en clase, como el cuadro de Ramón Casas «Mujer mirando por la ventana». Esta pieza compartía habitación con otras muy diferentes como algunas obras de Joan Miró, de Sorolla o de Dalí. Autores de épocas muy distintas pero sin embargo grandes maestros en su especialidad.

Dalí, por ejemplo, fue un artista contemporáneo que destacó en el mundo de la pintura. Para muchos, una de sus mejores obras es aquella del mediterráneo que congela un momento tan cotidiano como el de mirar por la ventana. Aquella mujer descalza a la que Dalí retrató de espaldas, desprevenida, observando el paisaje de la costa del mediterráneo, del que podemos apreciar parte a través de la ventana de esa habitación. La fuerza expresiva del cuadro reside en esa mujer, en su postura, tranquila y despreocupada, que dedica su tiempo simplemente a observar. Importante la perspectiva que ofrece esa ventana, y esos tonos azules que la enmarcan y la visten, y que de nuevo se funden con el azul del cielo, del mar, de la luz del mediterráneo.

muchacha-en-al-ventana

Una verdadera lástima que esta obra no se encontrase entre las de la exposición, pero sin embargo, el momento escogido por Dalí para retratar en este cuadro recuerda a las obras de otros autores como Ramón Casas, que representó en unas de sus obras a otra mujer vestida de blanco observando por la ventana. Aunque en la postura, en la intención y en la idea que quieren reflejar son muy distintas. El cuadro de Dalí hace alusión a la tierra del mediterráneo, a observar con tranquilidad. Y la obra de casas refleja curiosidad del momento, presta más atención al interior de la habitación que al paisaje de fuera, al contrario de Dalí. En su cuadro, la protagonista es la mujer, tanto por la intención y la carga expresiva del momento, y por el vestido también, mucho mas blanco y mas elaborado. Los dos retratan el mismo momento cotidiano pero transmiten algo completamente diferente.

RamónCasas asomada

El blanco de Casas se asemeja en cierto modo al blanco puro y mediterráneo que Joaquín Sorolla trata de retratar en sus cuadros. Se trata de un blanco casi idílico, al que aspiran en cierto modo las marcas actuales de detergente como Ariel o Vanish. La diferencia es que a Sorolla no le hace falta confiar en el rosa para decir adiós a las manchas, a él le basta con la luz de su querida Valencia, de su querido mediterráneo, al que ama con locura junto a su mujer Clotilde. Que también era una artista, porque conseguir esos blancos sin Vanish debía ser difícil.

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